LA MAGIA EXISTE Y ESTÁ EN EL ARTE Podría decirse que desde siempre, la magia y las artes han compartido una conexión profunda, siendo dos medios poderosos para interpretar y transformar la realidad. Ambos son vehículos que nos permiten acceder a lo invisible, lo simbólico y lo trascendental. Poseen la capacidad de capturar lo que no podemos ver, pero que sabemos que existe, ya que lo sentimos e imaginamos. Al igual que los hechiceros de antaño usaban rituales y encantamientos para alterar la realidad, los artistas emplean palabras, formas, colores, texturas, sonidos y espacios para construir mundos que desafían lo conocido. El proceso de creación artística también puede verse como un acto ritual: ambos requieren concentración, intención y la manipulación de elementos para provocar un cambio, ya sea en el mundo exterior o en la percepción del espectador. Ambas disciplinas nos permiten escapar de nuestros límites, de nuestra realidad cotidiana y nos invitan a explorar dimensiones más profundas (tanto propias como de nuestro entorno). Ya sea que hablemos de un mago que invoca fuerzas místicas o de un artista que transforma un lienzo, ambos están comprometidos en el mismo acto: dar forma a lo inmaterial y provocar en nosotros una conexión con lo que está más allá.
PRODUCTION DESIGNERS Los Production Designers (Diseñadores de Producción) juegan un papel importante a la hora de dar forma al concepto visual de una película, un programa de televisión o una producción teatral y de traducir la visión del director en decorados, accesorios y localizaciones tangibles. Puede que los Production Designers no sean tan conocidos fuera de la industria cinematográfica como los directores, escritores y productores, pero los aspirantes a cineastas aprenden muy rápidamente que las películas nunca pueden pasar de la idea a la pantalla grande sin un diseñador de producción talentoso. Production Designer vs. Director de Arte Es importante entender que cada uno de ellos desempeña un papel distinto, aunque a veces superpuesto, en la creación de la narrativa visual de una película. Ambos son importantes para dar vida a las historias, aunque desde perspectivas ligeramente diferentes. Los Production Designers son los visionarios, que se centran en la representación visual general. Crean un diseño integral que encapsula el estado de ánimo, el entorno y el período del guion. Por otro lado, los Directores de Arte son los asistentes principales, que se aseguran de que la visión creativa del Production Designer se implemente sin problemas. Se encargan de los aspectos prácticos del diseño del escenario, los accesorios y más. Los siguientes puntos le ayudarán a comprender mejor las responsabilidades clave de cada función:
En esencia, aunque la línea entre el papel de un Production Designer y el de un Director de Arte a veces puede ser borrosa, sus esfuerzos combinados son fundamentales para los procesos de narración y producción. Los Production Designers empiezan con el guion. Investigan y colaboran con el Director, el Director de Fotografía y otros jefes de departamento para imaginar el guion visualmente. Dibujan bocetos que muestran el estado de ánimo, la atmósfera, la iluminación, la composición, el color y la textura, que se entregan al director artístico para que los desarrolle. Después, trabajan con otros miembros del departamento artístico para elaborar un presupuesto. Priorizan el cronograma de trabajo y asignan la gestión de las finanzas a los miembros del equipo que realizan diferentes tareas.
EL COMIC COMO GRIMORIO Los grimorios (libros de magia) son textos escritos que contienen instrucciones para realizar rituales mágicos, invocar espíritus, preparar talismanes o realizar encantamientos. Libros como "Clavicula Salomonis" o el "Libro de San Cipriano" contienen instrucciones detalladas sobre cómo escribir talismanes y fórmulas mágicas. Estos textos a menudo incluyen nombres sagrados o divinos (como los nombres de Dios o ángeles) que deben ser escritos de manera específica para que funcionen. La idea de que un cómic pueda ser un grimorio, en el contexto adecuado, sí podría considerarse como tal, aunque no en el sentido tradicional. Un cómic, si se conceptualiza adecuadamente, podría funcionar como una extensión de esa tradición, utilizando la combinación de palabras e imágenes para encapsular ideas mágicas o rituales. HECHICEROS Y AUTORES DE COMICS Alan Moore y Grant Morrison son dos de los escritores más influyentes y respetados del mundo del cómic, ambos conocidos por sus enfoques únicos, temáticas profundas y trabajos icónicos. A lo largo de los años, han tenido una relación marcada por rivalidades creativas y filosóficas, aunque ambos han dejado un legado duradero en la industria del cómic.
La palabra escrita ha tenido una importancia central en la magia a lo largo de la historia, desempeñando un papel crucial en muchas tradiciones esotéricas y místicas. La escritura, como medio de codificación y transmisión de ideas, conceptos y fuerzas espirituales, se ha considerado desde la antigüedad una forma de acceder, controlar y manipular el poder oculto del universo.
En muchas tradiciones esotéricas, incluyendo el gnosticismo y el cristianismo primitivo, se cree que el "Logos" o la palabra divina es el principio a través del cual todo fue creado. La escritura es vista como una forma de reflejar o participar en ese acto de creación. Por ejemplo, en la Biblia, el Evangelio de Juan dice: “En el principio era el Verbo (o palabra), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1), subrayando la idea de que las palabras tienen poder divino. Los grimorios tradicionales dependen de palabras, símbolos y diagramas para transmitir poder y rituales mágicos. Un cómic, que combina texto e imágenes de manera visualmente poderosa, puede servir como un vehículo para los mismos conceptos. Las imágenes pueden amplificar el simbolismo y la energía que las palabras evocan. En magia, el arte visual ya tiene una función significativa, como se puede ver en los talismanes, mandalas, sigilos, y otras formas gráficas de invocación. En cómics como "The Invisibles" de Grant Morrison, el autor ha hablado abiertamente sobre cómo la narrativa y el arte del cómic actúan como un hechizo o ritual. Morrison ha expresado que "The Invisibles" fue diseñado como una herramienta mágica de transformación, tanto para él como para los lectores, argumentando que el cómic mismo contiene una especie de "ritual oculto". Uno de los aspectos fundamentales de un grimorio es la intención detrás de su creación. Si un cómic fuera escrito con el propósito explícito de actuar como un objeto mágico —un "grimorio moderno"—, sus autores podrían intencionalmente imbuirlo con significados ocultos, simbolismo, invocaciones o encantamientos escondidos entre sus páginas. Grant Morrison y Alan Moore, por ejemplo, han experimentado con la escritura mágica y la magia del caos, una forma de ocultismo que utiliza la creatividad y el arte como herramientas para canalizar energías mágicas. En este tipo de magia, un cómic podría ser tanto un sigilo como una herramienta mágica si su creación está alineada con una intención esotérica. Los cómics tienen una estructura narrativa, secuencias de acción y tiempo, lo cual podría considerarse análogo a la forma en que un grimorio presenta instrucciones rituales o fórmulas mágicas. Cada panel podría verse como una "fase" de un ritual o encantamiento. A medida que el lector sigue el flujo narrativo, está participando en una "ceremonia" donde las palabras y las imágenes trabajan juntas para producir un efecto espiritual o mágico. Los cómics tienen la ventaja de presentar gráficos ricos en símbolos. Un creador podría ocultar símbolos mágicos o secuencias rituales en el diseño de las viñetas, agregando una capa de significados ocultos que solo aquellos con el conocimiento adecuado podrían interpretar.
Habilidades Se les atribuyen múltiples poderes y habilidades, la mayoría de las cuales están vinculadas a la naturaleza, la magia y el misterio. Las Ferés tienen un fuerte vínculo con la naturaleza y el medio ambiente. Esto se refleja en su capacidad para influir y manipular el crecimiento de plantas, flores, árboles, e incluso controlar fenómenos naturales como el viento o la lluvia. Una de las habilidades más prominentes de las hadas es su capacidad para crear ilusiones, lo que las convierte en seres difíciles de entender y aún más difíciles de combatir. Las Ferés son conocidas por tener habilidades curativas y de servicio, a menudo actúan como protectoras de los más débiles, aunque a veces lo hacen bajo condiciones o como parte de un pacto. Aunque muchas veces son retratadas como seres benevolentes, las Ferés también pueden ser vengativas o caprichosas. Tienen la capacidad de maldecir a aquellos que las ofenden o no respetan sus reglas. Tipos de magia Feréica:
Cultura y Sociedad La sociedad Ferés está organizada en castas muy especializadas, todas dedicadas a la protección y mantenimiento del Corazón de la Colmena. Cada casta tiene un rol específico, y la cooperación es clave para la supervivencia de la colonia. El Corazón de la Colmena Es un núcleo de energía mágica elemental, ubicado en el centro de la colonia. Este puede tomar la forma de un árbol antiguo, una piedra mágica oculta en las profundidades de la tierra, o un lago encantado. El Corazón es la fuente de la vida y magia para las Ferés, y toda su sociedad gira en torno a su protección y mantenimiento. Si el Corazón de la Colmena llega a ser dañado, la colonia empieza a perder su conexión con la magia, lo que lleva a un declive lento y eventual muerte de todos las Ferés. Las colonias pueden migrar si es necesario, pero es un proceso peligroso y solo la Casta de Monarcas tiene la capacidad de trasladar el Corazón a un nuevo ecosistema. Estructura Social
Las Ferés son una sociedad muy unida y extremadamente cautelosos con los extraños y forasteros. Desconfían naturalmente de aquellos que no pertenecen a la colonia, y suelen ser reservados en sus tratos con ellos. Sin embargo, una vez que alguien se gana su confianza y amistad, las Ferés se vuelven amigables, leales y serviciales. Valoran profundamente las relaciones forjadas a lo largo del tiempo y son conocidos por ser aliados devotos. Aunque las Ferés tienen una fuerte conexión con su colonia y el Corazón de la Colmena, cada individuo tiene la libertad de elegir su propio camino. Sin embargo, su esencia siempre está vinculada a su casta. Por ejemplo: Un miembro de la Casta Guerrera, puede decidir viajar por el mundo, pero siempre actuará de acuerdo con su naturaleza guerrera. Aunque cambie su entorno o propósitos, nunca dejará de ser un guerrero en su forma de pensar y actuar. Su instinto siempre será pelear y proteger, no sabrá cómo ser otra cosa, y no buscará serlo. Si una Ferés, por alguna razón, no puede cumplir con su propósito o se ve obligado a hacer algo que va contra su esencia, experimentará una fuerte angustia interna. Para ellos, actuar contra su naturaleza es lo mismo que perder el sentido de su vida.
La COMPOSICIÓN: el gran SECRETO de la NARRATIVA VISUAL [ en la ILUSTRACIÓN ] Fuente: J.S. Linares La narrativa visual se apoya en una serie de elementos fundamentales que permiten transmitir historias de manera efectiva a través de imágenes. Entre estos, la composición y el uso del color juegan roles primordiales, ya que establecen el tono y la atmósfera de la narración. La composición, al determinar cómo se organizan los elementos dentro del encuadre, guía la mirada del espectador y enfatiza aspectos clave de la historia. Por otro lado, el color puede evocar emociones y simbolizar conceptos, enriqueciendo la narrativa sin necesidad de palabras. Sin embargo, un uso inadecuado de estos elementos puede llevar a interpretaciones erróneas o distracciones, disminuyendo la efectividad de la narración visual.
CAPÍTULO 2 - RATÓN DE BIBLIOTECA Autor: Gonzalo 'Phill' Sánchez Aneki cruzó la puerta trasera de la tienda, siguiendo al Dr. Nocturna. Lo que había visto en el exterior no era ni una sombra de lo que le aguardaba en el interior. Inmediatamente, se sintió abrumada por un lugar que parecía desafiar la lógica y la física.
Los pasillos eran interminables, entrelazándose como un laberinto. Había puertas a cada lado, algunas tan pequeñas que apenas un ratón cabría, y otras gigantescas, decoradas con símbolos que parecían cambiar cuando uno parpadeaba. Escaleras de caracol ascendían hacia galerías superiores que se perdían en la penumbra, mientras otras bajaban a niveles subterráneos desconocidos. El ambiente estaba lleno de una extraña energía, era como si cada objeto y cada rincón daban la sensación de "estar con vida". El Dr. Nocturna caminaba con paso firme y sin vacilar. A medida que avanzaban, la tienda se convertía en algo más parecido a un museo repleto de una interminable colección de cosas olvidadas, con vitrinas que albergaban artefactos de aspecto antiguo. Aneki estaba a punto de hacer una pregunta cuando se detuvieron frente a una puerta doble de madera tallada con figuras que parecían moverse. --Aquí es — dijo el Dr. Nocturna, abriendo las puertas de par en par. Aneki contuvo el aliento. Delante de ella se extendía una biblioteca monumental. Los libreros iban de pared a pared, alcanzando alturas imposibles, y se prolongaban tan lejos que los ojos no podían abarcar su final. El techo, si es que lo había, se perdía en la oscuridad. Los libros, algunos tan grandes como mesas y otros tan pequeños como una cajetilla de cerillos, estaban amontonados, ordenados, y algunos incluso flotaban levemente en sus estantes. Candelabros colgaban de ninguna parte, iluminando tenuemente el lugar con una luz cálida y a la vez espectral. --Esta es nuestra biblioteca — dijo el Dr. Nocturna con una sonrisa. — Tu primera tarea es sencilla, pero puede que te lleve un tiempo. Necesito que encuentres un libro, un grimorio, en realidad. Lleva por título "LA ESPANTOPEDIA". Debería estar en la sección de magia y hechicería… mmm ¿o tal vez en la sección de diccionarios y enciclopedias?… la verdad no lo recuerdo bien. Aneki parpadeó, sin saber si había escuchado bien. — ¿No lo recuerda bien? El Dr. Nocturna se encogió de hombros. — Esta biblioteca tiene vida propia. Los libros tienden a moverse cuando les parece. Es parte del encanto del lugar. Aneki no estaba tan segura de que eso fuera encantador. --Ah, antes de que me olvide —añadió el Dr. Nocturna, girando sobre sus talones para mirarla—. Si en algún momento te sientes perdida o necesitas ayuda, no tienes más que golpear tres veces la madera de cualquier librero. Friné vendrá en tu auxilio. --¿Friné? — preguntó Aneki. Pero ignorando la pregunta, el Dr. Nocturna salió de la biblioteca, dejándola sola entre la inmensidad de los estantes. Aneki miró a su alrededor, sintiéndose pequeña en comparación con la vastedad del lugar. El silencio era profundo, pero no del todo vacío. Había algo en el aire, como un susurro lejano, como de gente murmurando mientras leen y piensan en voz baja. Sabiendo que no tenía otra opción, comenzó a caminar hacia los pasillos, intentando ubicarse y buscar cualquier indicación que le ayudara a dar con aquel misterioso libro. Aneki había estado vagando por la biblioteca por lo que parecía una eternidad. Cada pasillo se extendía sin fin, y las puertas y libreros no ofrecían pistas sobre la misteriosa sección de magia y hechicería. Subió escaleras, recorrió galerías, revisó etiquetas polvorientas, pero todo fue en vano. Finalmente, con las piernas agotadas y el ánimo por los suelos, sintiendo la frustración y la fatiga apoderarse de ella. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué había aceptado ese trabajo en primer lugar? Todo había sido un terrible error del que se estaba arrepintiendo profundamente. Aneki intentó tranquilizarse, respirando lenta y profundamente. — Ya no más ¿no entiendo por qué me estoy torturando de esta forma? Lo mejor será renunciar y regresar a casa. — se dijo a sí misma. Y justo cuando ya estaba más tranquila y segura de su decisión, dio media vuelta y al mirar a tu alrededor quedó petrificada de golpe. Justo en ese momento se dio cuenta de su gran predicamento, no solo había fallado en encontrar un simple libro, sino que se había perdido en este laberinto imposible. No había señales de la salida, ni del comienzo, ni siquiera de un lugar seguro donde refugiarse. El miedo comenzó a asomarse. Miró alrededor, buscando alguna referencia, algún indicio de por dónde había venido. Pero no encontró nada. Corrió hacia lo que creía que era la salida, pero solo se adentró más en la biblioteca. Pasillos interminables la rodeaban, puertas extrañas aparecían y desaparecían en las paredes, y el silencio opresivo aumentaba su pánico. Los ojos se le llenaron de lágrimas mientras sentía que el peso de su situación la aplastaba. Aneki estaba a punto de caer de rodillas, vencida por la desesperación, cuando recordó las palabras del Dr. Nocturna: "Si llegas a necesitar ayuda, golpea tres veces la madera de cualquier librero." Aneki, con manos temblorosas, se acercó a uno de los libreros cercanos. Las estanterías de madera eran altas y antiguas, con libros tan viejos que parecían desmoronarse al tacto. Se quedó un momento quieta, dudando si aquello funcionaría realmente. Pero no tenía otra opción. Alzó la mano y golpeó la madera tres veces. Un silencio aún más profundo la envolvió, y por un instante, pensó que no sucedería nada. Pero entonces, un suave susurro rompió el aire, y de entre los libros apareció una pequeña figura. Aneki, con los ojos aún llenos de lágrimas, la observó boquiabierta. Frente a ella, de pie sobre el borde del librero, estaba una ratoncita diminuta. Vestía una pequeña bufanda roja y unos lentes que le cubrían casi todo el rostro. La ratoncita se ajustó las gafas y, con una voz suave y aguda, habló: --¿Te encuentras bien, pequeña? — Aneki, todavía sorprendida, solo pudo asentir. La ratoncita, con una mirada llena de ternura, saltó del librero y se acercó a ella, con movimientos gráciles. --¿Déjame adivinar, te has extraviado?— dijo la pequeña ratoncita. --Esta biblioteca puede ser bastante intimidante, pero descuida, la conozco tan bien como mi colita.— de pronto exclamó. — ¡Oh mi dios! ¿en dónde están mis modales? disculpa cariño, rara vez tengo visitas, yo soy Friné, la encargada de esta biblioteca. A tu servicio. Aneki, todavía sorprendida, se secó las lágrimas y miró a la ratoncita con asombro. --¿Y tú, cómo te llamas? —preguntó Friné, con una sonrisa amable. --A-Aneki —respondió, aún sin creerse lo que estaba viendo. Friné asintió con aprobación, acomodando de nuevo sus lentes. — Es un bonito y curioso nombre, Aneki, sin duda te queda muy bien. Aneki sintió que una pequeña chispa de esperanza se encendía en su interior al escuchar las palabras de Friné. Aneki suspiró, sintiendo un leve alivio en la presencia de Friné. Después de todo, ya no estaba sola. Con voz temblorosa, le explicó a la ratoncita lo que había sucedido. --He estado buscando por horas... me he perdido en estos pasillos interminables. — Aneki hizo una pausa, mirando a su alrededor, como si esperara que el lugar se aclarara de repente—. No encontré la sección de magia y hechicería, ni ninguna señal. Ya estaba a punto de renunciar. Friné, ajustándose las gafas nuevamente, la miró con curiosidad. --¿Y por qué estabas sola? —preguntó la ratoncita, frunciendo el ceño. --El Dr. Nocturna me dio una tarea —respondió Aneki, todavía algo aturdida—. Me propuso un trabajo: encontrar un libro. Pero… —hizo una pausa, intentando no dejar que la frustración la venciera—. Me rendí. Pensé en salir, pero… me di cuenta de que no sabía dónde estaba la salida. Friné bufó y sacudió la cabeza con desaprobación. --¿Te dejó sola para buscar un libro en esta inmensidad? —dijo Friné, claramente disgustada—. ¿Qué le pasa al Dr. Nocturna? Ni siquiera él se atreve a vagar por los pasillos profundos de esta biblioteca sin mí. ¡No puedo creer que te haya enviado así! Aneki, algo sorprendida por el reproche hacia el misterioso doctor, no supo qué decir. --Bueno, no te preocupes — dijo Friné con una sonrisa tranquilizadora—. Te llevaré a la salida si eso es lo que quieres. Pero, antes… —Friné la miró con curiosidad—. ¿Qué libro buscabas? Aneki se quedó pensativa unos segundos, frunciendo el ceño mientras intentaba recordar el nombre del libro. --Era... un... grimaro... no, un gromuro... —balbuceó, claramente confundida. Friné, con una expresión divertida y un brillo de paciencia en sus ojos, la interrumpió suavemente: --¿Grimorio? Aneki, al escuchar la palabra correcta, abrió los ojos de par en par y exclamó con alivio: --¡Sí, eso! ¡Un grimorio! ¡Eso es lo que estaba buscando! El Dr. Nocturna mencionó que debía estar en la sección de magia y hechicería, pero… nunca encontré ninguna indicación. Friné soltó un suspiro largo, claramente exasperada. --¡Ay, ese Dr. Nocturna! —exclamó—. Sabía que te metería en problemas. ¡Claro que no encontraste nada! En esta biblioteca no existen las secciones. Aquí uno no va a los libros, querida. ¡Los libros vienen a ti! Lo único que tienes que hacer es pedírselo a los libreros. Friné se acercó al librero más cercano, de madera oscura y tallada con intrincados diseños, y lo golpeó cinco veces con su pequeña pata. El sonido resonó en el aire de manera extraña, como si viajara a través de los estantes. --Por favor —dijo Friné con tono amable—, que el librero con los grimorios se aproxime. Tenemos una petición muy especial. Aneki observó con los ojos bien abiertos mientras el librero se estremecía ligeramente, como si estuviera vivo, y empezaba a moverse. El sonido de madera crujiente y engranajes ocultos resonó cuando el librero comenzó a moverse, como si cobrara vida por arte de magia. Aneki observaba fascinada mientras la enorme estructura de estantes y libros se desplazaba hacia ellas, deteniéndose justo enfrente. Friné, aún con su aire tranquilo y profesional, se giró hacia Aneki. --Bien, dime, ¿cuál es el nombre exacto del libro que necesitas? Aneki se rascó la cabeza, intentando recordar. --Eh... creo que tenía la palabra "espanto"... algo con "espanto" —dijo, insegura. Friné se quedó congelada por un momento, con los ojos muy abiertos detrás de sus pequeñas gafas. La ratoncita dio un paso atrás, claramente sorprendida, y luego la preocupación se dibujó en su rostro. --¿La Espantopedia? —preguntó con voz entrecortada—. ¡¿Pero por qué el Dr. Nocturna te habría pedido un libro tan horrible y peligroso?! Aneki parpadeó, confundida por la reacción de Friné. --¿Peligroso? —preguntó, su nerviosismo aumentando—. ¿Qué tiene de peligroso? Friné negó con la cabeza, visiblemente preocupada, y miró al librero que estaba frente a ellas, como si pudiera contener una bestia escondida entre sus estantes. Fin del Capútlo 2.
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Diciembre 2024
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